Buenas Intenciones.
Pensar en lo malo y lo peor de la gente se puede convertir en un hábito. Y la gente no siempre es malintencionada en sus actos.
¡Me dijo esto…!
Me insinuó…
La cara que hizo me dolió bastante…
¡Por supuesto que venía con el afán de molestar…!
Recuerda que en ésta época la sensibilidad está a flor de piel y podemos ver o sentir lo que no es.
Últimamente he puesto en práctica el “filtro de acciones” que me ayudan a recordar que la gente que ofende no siempre lo hace con la intención de hacernos sentir mal. Como tampoco lo es quien ocasionalmente llega tarde o quien hace de un problema pequeño un tremendo drama. A ti y a mi nos ha sucedido que decimos o hacemos algo de lo cual no arrepentimos, no por lo dicho o hecho sino por la interpretación errónea que se le ha dado. ¡La gente es como es y ya! ¡No cargues con la penosa y tremenda tarea de querer entender los porqués del actuar de todo el mundo! Es saludable guardar la esperanza de que quien nos ofende o actúa de una forma desagradable, no siempre fue con la intención de dañarnos o hacernos sentir mal. Filtrar acciones, es buena estrategia para recordar que puede haber error en la forma pero no en el fondo.
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