jueves, 6 de agosto de 2015

Dios habla conmigo.



Un hombre susurró: Dios habla conmigo.

Y un ruiseñor comenzó a cantar

Pero el hombre no oyó.

¡Entonces el hombre repitió

Dios, habla conmigo 

Y el eco de un trueno, se oyó

Más el hombre fue incapaz de oír.

El hombre miró enrededor y dijo:

Dios, déjame verte

Y una estrella brillo en el cielo

Pero el hombre no la vio.

El hombre comenzó a gritar:

Dios, muéstrame un milagro

Y un niño nació

Mas el hombre no sintió el latir de la vida.

Entonces el hombre comenzó a llorar y a desesperarse:

Dios, tócame y déjame saber que estás aquí conmigo...

Y una mariposa se posó

Suavemente en su hombro

El hombre espanto la mariposa con la mano y desilusionado

Continuó su camino, triste, solo y con miedo.

Hasta cuándo tenemos que sufrir para comprender que Dios está siempre donde está la vida?

Hasta cuándo mantendremos nuestros ojos y nuestros corazones cerrados para los milagros de la vida que se presentan diariamente en todo momento?

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