Duele tanto fingir
que estás bien...
tener una sonrisa en los labios...
y una herida en el corazón.
Duele tanto callar el dolor,
fingir ante los demás
y tratar de aparentar
que todo está bien.
Duele tanto ocultar,
lo que a veces quiere uno gritar,
la lágrima que casi se asoma
y cambiar todo a un simple "estoy bien".
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